La peor combinación de factores se abate sobre la búsqueda del ARA San Juan.
El pésimo estado del tiempo, una zona del mar -la de la búsqueda- siempre encrespada y el misterio de qué pasó dentro del S-42 para que dejara de comunicarse para establecer posición mientras navegaba a unas 240 millas náuticas (430 kilómetros) de la península Valdés rumbo a su base, en Mar del Plata.
En la comunidad de submarinistas nadie arriesga pronósticos y ni hipótesis. Prefieren atenerse a los hechos.
Por ejemplo, que las baterías eran el talón de Aquiles de los submarinos de la clase TR-1700 y que el miércoles el comandante de la nave había reportado una avería eléctrica que, no obstante, no impedía la navegación. Se cree que las baterías fueron, pues, el origen de los problemas del S-42. Y quela nave estaría asentada en el fondo marino, a unos 700 metros de profundidad.